Edificio de la Bibilioteca Nacional
El edificio de la Biblioteca Nacional es un proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, quienes obtuvieron el primer premio del llamado a concurso de carácter internacional con fecha 19 de junio de 1961. En las bases del mismo figuraba la previsión de crecimiento, sobre todo de los depósitos, y el aprovechamiento urbanístico-arquitectónico del emplazamiento dado, asegurando la salvaguarda del espacio verde, de la barranca y de los valores botánicos existentes, por lo que se desarrolló un partido con el mayor volumen enterrado y con posibilidad de crecimiento (depósitos), mínima construcción en planta baja y las salas de acceso público y sectores administrativos sobreelevados. La singular fachada del edificio corresponde al tipo brutalista y como rasgo fundamental del proyecto se destaca que la estructura principal ha sido resuelta en hormigón armado, revistiendo un carácter arquitectónico destinado a quedar expuesto.

Linea de tiempo
1962
Abril
Cierra el concurso nacional que adjudica la obra del edificio.
1962
12 de octubre
Se enuncia el veredicto del concurso. El elegido entre descenas de propuestas fue el proyecto de los arquitectos Clorindo Testa (recibido de la UBA), Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga de Bullrich.
1971
13 de octubre
La piedra fundacional del edificio fue colocada y la construccion fue llevada adelante por la firma Com-Ar-Co S.A.
1976-1982
Las obras fueron suspendidas a durante la dictadura autodenominada proceso de Reorganizacion Nacional, retomándose hacia 1982.
1990
La nueva Biblioteca Nacional pudo ser terminada gracias a un prestamo realizado por el Reino de España.
1992
10 de abril
La biblioteca fue inaugurada.
1993
21 de septiembre
Se termina de trasladar el material bibliográfico.
Más sobre el edificio
La idea principal, según lo relata el arquitecto Clorindo Testa, fue ubicar los depósitos del establecimiento bajo tierra, aprovechando que el Estado decidió expropiar la totalidad de la manzana para crear una plaza pública. Esto protegería a los libros del efecto nocivo de la luz y a su vez, permitiría en un futuro expandir el espacio de los depósitos, de ser necesario sin interrumpir el funcionamiento del establecimiento. Una vez liberada la estructura del edificio del enorme peso de los depósitos de libros, se eligió elevarla sobre pilotes para permitir la vista libre, dejando una plataforma de acceso abierta de forma permanente, como una continuación del parque "por debajo" de la biblioteca. De esta forma, resultó un edificio sostenido por cuatro grandes columnas, que Testa caracteriza como un cuadrúpedo, como si se tratase de un ser vivo.