Este trabajo es una propuesta de reformulación de la noción de tipología.
Desde hace tiempo percibimos insuficientes los criterios habituales de organización tipológica e iniciamos un desarrollo que hoy podemos presentar con un alto grado de comprensión del hábitat construido y de las formas de habitar que los tipos inducen.
Nuestra propuesta atiende estructuralmente al sentido que cobran las formas del hábitat y se diferencia entonces de aquellas que se estipulan en términos de organizaciones geométricas, dimensionales o funcionales. Denominamos así “tipologías semánticas” a las emergentes de nuestro trabajo, diferenciándolas de las “tipologías configurativas”, es decir a las anteriormente estipuladas.
No solo se trata de una diferencia sino de una búsqueda de profundidad, y en consecuencia de una mayor capacidad de discernimiento y hasta de principios operativos, que nos permita entender la arquitectura y la ciudad en razón de las lógicas que las determinan.
Las tipologías semánticas establecen una íntima relación con los modos de habitar y con rasgos del mismo que suelen obviarse cuando se apela a categorías canonizadas en el ámbito de la disciplina arquitectónica pero que no reflejan la dinámica de gestación y transformación de la ciudad y sus componentes.
La lógica de las tipologías semánticas está fuertemente ligada con nuestros desarrollos acerca de la Producción y Ocupación del Hábitat.
En tal sentido hemos producido un modelo teórico al que denominamos Circuito de Producción y Ocupación del Hábitat destinado a dar cuenta del modo general en se gesta, elabora y transforma el Hábitat en la escala edilicia. Este modelo generalizado permite posteriormente marcar sobre él los rasgos particulares que caracterizan momentos, lugares y operatorias específicas. Dicho modelo está manifestado como un modelo gráfico para hacer evidentes, y tal vez más sintéticas y precisas, las relaciones entre sus elementos.
En el comienzo hay dos circularidades: una amplia y exterior, la circularidad que circunscribe o engloba y que representa al Sistema Socio-Económico. Y también una circularidad interior, inscripta o incluida que representa el Sistema del Habitar.
El espacio entre ambos sistemas está dividido. Hacia un lado la Producción del Hábitat o “campo del hacer” y hacia el otro lado la Ocupación del Hábitat o “campo del disponer”.
El Circuito se ubica entre el borde abarcante del orden Socio-Económico y el núcleo específico del Sistema del Habitar. Su función es representar los vínculos o nexos entre ellos.
En la circularidad exterior, en el Sistema Socio-Económico, se presenta una intermitencia o faltante; en esos puntos del corte se instalan respectivamente el Producto Virtual y el Producto Real, representados por dos pequeños triángulos.
Se instalan estas dos formas del Producto –una la ya existente y otra la anticipada– la predispuesta
a ingresar a través de la Producción.
La poligonal que representa el circuito está constituida por barras y por puntos o nódulos donde cambian su dirección. Las barras representan actividades o procesos y los nódulos los resultados u objetivaciones de dichos procesos.