Propuesta de la cátedra
No existe ninguna persona que no habite
y no hay momento alguno en que no lo haga:
habitamos todos y habitamos siempre.
La presencia obligada y constante del habitar
explica la dificultad en reconocer al habitar como un
campo u objeto que demande una explicación,
una teoría.
En otras palabras, la cercanía, cotidianidad o
familiaridad del habitar tiene como consecuencia
que no se adviertan sus incógnitas, sus opacidades,
su compleja y velada estructuración.
y no hay momento alguno en que no lo haga:
habitamos todos y habitamos siempre.
La presencia obligada y constante del habitar
explica la dificultad en reconocer al habitar como un
campo u objeto que demande una explicación,
una teoría.
En otras palabras, la cercanía, cotidianidad o
familiaridad del habitar tiene como consecuencia
que no se adviertan sus incógnitas, sus opacidades,
su compleja y velada estructuración.